1. Ajuste cervical
El quiropráctico hace un análisis previo para identificar las vértebras que no están bien alienadas o que están «subluxadas». Una vez completado, realiza el ajuste en el lugar y dirección necesarios para corregirlas. En esta foto, realiza un ajuste cervical de pie. La zona cervical es la más importante por su cercanía al cerebro.

2. Ajuste cervical boca arriba
Al igual que en la página anterior, el quiropráctico trabaja sobre la zona del cuello, esta vez con la persona tendida en la camilla. Al alinear las vértebras cervicales, el efecto resulta muy potente porque se abre el «grifo» a través del cual la información que genere el cerebro correrá libremente hacia todas las partes del cuerpo, devolviendo el equilibrio al sistema nervioso y ayudando al restablecimiento de la salud en general.

3. Ajuste sobre el atlas
El atlas es la primera vértebra cervical. Por su situación, justo debajo del cráneo, se suele modificar la técnica para acceder a esta zona, la más delicada de la columna vertebral. El quiropráctico utiliza un impulso suave y preciso con las manos para alinear el atlas, el centro de control de todas las funciones vitales; por él pasa toda la información que controla la respiración, los órganos digestivos o la función cardiovascular, entre otras. Una subluxación en el atlas puede dar síntomas como dolor de cabeza, insomnio, falta de concentración, ansiedad, cansancio o mareos.

4. Ajuste dorsal
Una subluxación en esta zona puede afectar a los órganos vitales, como el corazón, los pulmones y el aparato digestivo, entre otros. Para el ajuste, se aplica una fuerza muy leve con una palanca corta, lo que permite que el ajuste sea muy específico y resulte indoloro.

5. Ajuste dorsal con posición modificada
En ocasiones el quiropráctico se sirve del propio peso del paciente para ajustar la zona dorsal, dirigiéndolo desde la posición sentada a la posición boca arriba. Mientras tanto, la mano en la espalda guía la vértebra que se desea ajustar.

6. Ajuste pélvico con camilla
Aquí se aprovecha otra función de la camilla. Unas piezas móviles se levantan para proporcionar un mayor impulso a determinados ajustes, por ejemplo en la pelvis. Esta técnica se puede utilizar con cualquier paciente, de la edad que sea, pero resulta especialmente beneficioso para las mujeres embarazadas. Una columna vertebral y una pelvis alineadas son imprescindibles para disfrutar de un embarazo óptimo y un parto sano.
Existen diferentes técnicas para realizar los ajustes, que cada quiropráctico elige en función de sus preferencias personales y las necesidades del paciente. La técnica con que se realiza el ajuste puede variar, por ejemplo, si se realiza en niños, ancianos o embarazadas.

7. Ajuste sobre la zona lumbar y el sacro
Aquí se aprovecha otra función de la camilla. Unas piezas móviles se levantan para proporcionar un mayor impulso a determinados ajustes, por ejemplo en la pelvis. Esta técnica se puede utilizar con cualquier paciente, de la edad que sea, pero resulta especialmente beneficioso para las mujeres embarazadas. Una columna vertebral y una pelvis alineadas son imprescindibles para disfrutar de un embarazo óptimo y un parto sano.
Existen diferentes técnicas para realizar los ajustes, que cada quiropráctico elige en función de sus preferencias personales y las necesidades del paciente. La técnica con que se realiza el ajuste puede variar, por ejemplo, si se realiza en niños, ancianos o embarazadas.

8. Ajuste con cuña
Otra manera de corregir subluxaciones del sacro y de la pelvis es por medio de cuñas que se encajan debajo de esta zona. El quiropráctico coloca las cuñas en una posición y dirección muy concretas, dependiendo en la distorsión que presenta el paciente y las deja allí durante un tiempo determinado.
Esta técnica aprovecha el peso corporal y la fuerza de gravedad para conseguir una corrección suave y efectiva.

9. Ajuste con activador
El activador es un instrumento que emite un impulso preciso e indoloro sobre la vértebra desalineada. Se emplea, pues, con la misma intención que las manos: la de corregir una subluxación. Hay quiroprácticos que recurren a él con frecuencia, aunque hay otros que lo utilizan preferentemente en niños muy pequeños y personas mayores. El activador es como un disparador; la persona puede oír un sonido como de golpe seco en el momento del ajuste. Se puede usar en cualquier zona de la columna vertebral, desde el cuello hasta el coxis.

10. Desequilibrio en las piernas
Si la columna y la pelvis están desalineadas, puede ser que una pierna se alargue ligeramente, dando la sensación de que una sea más corta que la otra. Si se mantiene este desequilibrio, cargaremos más peso en un lado del cuerpo al estar de pie o andando, lo cual puede desgastar las articulaciones con más rápidez. El quiropráctico comprueba la longitud de las piernas para ver el nivel de equilibrio entre la pelvis y la columna vertebral. Si hay un desequilibrio puede deberse a subluxaciones en cualquiera de las vértebras. En este caso, por ejemplo, cuando la persona giraba la cabeza a un lado el desequilibrio se corregía y, cuando la giraba hacia el otro, el desequilibrio se acentuaba. Esto indicaba una subluxación a la altura de las vértebras cervicales.
Autora: Mayra Paterson
Sesión con Aaron Morris, quiropráctico.
