¿Cómo puede afectar nuestra salud?

Debido a la vida sedentaria que llevamos, con largas jornadas de trabajo sentados frente a una pantalla, el dolor de espalda y otras afecciones derivadas de una mala postura en la oficina se han convertido en un problema muy generalizado.

Tener una mala postura en la oficina o en cualquier otro ámbito de la vida cotidiana no es solo cuestión de apariencia, también afecta la forma en que funciona nuestro cuerpo, perjudicando seriamente nuestra salud. Si adoptas una mala postura, tu estructura ósea no estará alineada correctamente, por lo que tus músculos, articulaciones y ligamentos soportarán un exceso de tensión.

Es importante recordar que más del 90% de la energía que produce el cerebro está dirigida a mantener el cuerpo alineado en su campo gravitacional, por lo tanto, cuanta menos se gaste en la postura, más estará disponible para la curación, la digestión y el pensamiento.

Una buena postura se relaciona con energía, confianza, salud y felicidad.  En cambio, una mala postura, se relaciona con enfermedad, depresión, tristeza y negatividad. Con tiempo, cambios en los hábitos y gracias a los ajustes quiroprácticos es posible revertir los daños causados por una mala postura.

¿Cuál es la postura correcta en la oficina?

No solo pasamos una gran parte del día en el trabajo sino que al llegar a casa seguimos conectados al ordenador, por lo que podemos llegar a estar hasta 12 horas sentados frente a una pantalla.

Un porcentaje muy alto de las visitas al quiropráctico se deben a dolor en el cuello o la espalda derivado de una mala postura continuada. Y si este malestar no es corregido puede derivar en serios problemas de salud como mareos, vértigos y problemas de equilibrio, entre otros.

Consejos para mantener una buena postura en el trabajo:

1. Elegir un asiento ergonómico: la elección de un asiento que se adapte a nuestras necesidades es clave al instalarnos en nuestro puesto de trabajo. Lo ideal es tener un asiento que te permita regular la altura y mantener la distancia adecuada entre tu cuerpo y la pantalla. Para determinar la altura del asiento, los pies deben estar en contacto con el suelo y las piernas deben formar un ángulo recto, con las rodillas a la altura de las caderas. Para un apoyo lumbar óptimo, la parte baja del respaldo debe alinearse con la curva natural de la parte baja de la espalda.

2. Apoyar la espalda en el respaldo. Cuando trabajamos delante de un ordenador tendemos a apoyar los codos sobre la mesa y, por lo tanto, a tirar el pecho hacia delante. Mantener la espalda pegada al respaldo del asiento es una de las correcciones básicas para mantener una buena postura porque, de este modo, la columna vertebral estará recta.

3. Mantener la cabeza y cuello rectos: al colocar la pantalla del ordenador a tal altura que no sea necesario agachar la cabeza para escribir, evitaremos dolores cervicales.

4. Ajustar la pantalla: la pantalla debe estar colocada a 45 cm de nuestra cara y a la altura de los ojos para evitar inclinar el cuello.

5. No levantar los hombros para teclear: lo ideal es poder mantener los codos flexionados sobre la mesa en un ángulo de 90 grados y los hombros relajados.

6. Y, finalmente, intenta colocar fuera de tu alcance aquellos objetos que uses puntualmente y, de este modo, te obligarás a levantarte y cambiar de postura, estimulando así la circulación.

Consecuencias de una mala postura

Dos síndromes posturales muy conocidos en el ámbito de la quiropráctica son el Síndrome cruzado superior (cabeza demasiado hacia delante) y el Síndrome cruzado inferior (curva lumbar muy pronunciada –hiperlordosis lumbar). Ambos síndromes tienen que ver con un desequilibrio muscular y necesitan una corrección específica.

La mala postura en la oficina, o en otros ámbitos de la vida, puede causar subluxaciones vertebrales: cuando una o más vértebras espinales pierden su alineación, se desplazan de su posición original y provocan una interferencia en la médula espinal o en los nervios espinales adyacentes, alterando el flujo continuo de energía y comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo, impidiéndonos funcionar al 100%.

quiropráctico en barcelona

Si se pierde la alineación normal de la columna vertebral o hay una falta de movimiento en las articulaciones, se ejerce presión en los nervios que salen de entre las vértebras de la columna. Estos nervios controlan todos los tejidos, vasos y órganos en el cuerpo y si hay algún tipo de presión sobre ellos pierden la habilidad de monitorear correctamente el cuerpo y este comienza a fallar.

Recordemos que el 90% de la producción de energía del cerebro se usa para relacionar el cuerpo físico con la gravedad, por lo que una mala postura obliga al cerebro a usar el 10% restante, el que en condiciones normales dedicaría a otras funciones básicas, como el pensamiento, el metabolismo y la función inmunitaria, para lidiar con procesos anormales de gravedad-postura.

Cuando adoptamos una postura corporal incorrecta, nuestros músculos, ligamentos y articulaciones están sometidos a presiones inadecuadas que pueden provocar inflamación, dolor y cansancio.

¿Cómo la quiropráctica mejora la postura?

Es importante destacar que el cuerpo posee memoria muscular. Si nos sentamos incorrectamente durante mucho tiempo la columna vertebral se verá afectada a largo plazo, ya que irá memorizando esta manera errónea de sentarnos y cada vez será más difícil borrar esa información y conseguir volver a tener la columna en perfectas condiciones.

Una de las mejores maneras de corregir la postura es con el cuidado quiropráctico. Al trabajar con la columna vertebral, el quiropráctico ayuda a restaurar esa información postural incorrecta, haciendo que la comunicación entre el cuerpo y el cerebro sea óptima.

Los quiroprácticos buscan y arreglan desajustes de la columna vertebral por medio de ajustes manuales específicos y seguros. Tras años de trabajo diario frente al ordenador, la conducción durante horas, las tareas domésticas, la práctica deportiva continuada, las lesiones derivadas de accidentes, estrés, mala alimentación, etc., es inevitable la acumulación de tensión en el cuerpo, con la consiguiente degeneración de la columna en particular y de la salud en general.

Cuando el quiropráctico ajusta la columna vertebral, no sólo restablece su alineación normal y movimiento, sino que reduce la presión de los nervios permitiendo que el cuerpo funcione mejor de manera natural.

Numerosos estudios demuestran que miles de personas de todo el mundo han evitado cirugías innecesarias o analgésicos eligiendo un cuidado quiropráctico natural.

Además de ayudar con el alivio de distintas dolencias y molestias del cuerpo, otro de los beneficios del cuidado quiropráctico es el aumento de energía. Las personas que adoptan una mala postura se sienten constantemente cansadas y exhaustas, lo que les produce dificultades para moverse adecuadamente y les impide hacer su trabajo de manera eficiente.

La postura correcta facilita la circulación sanguínea ya que cuando tenemos menos tensión muscular hay menor resistencia y la sangre fluye correctamente. También nos ayuda a tener una mejor concentración, a respirar mejor y nos asegura que más oxígeno llegue al cerebro.

"Tener una buena postura va más allá de la estética. Es sumamente importante para nuestra salud, bienestar y rendimiento general en todas las áreas de la vida".

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