La quiropráctica, una disciplina natural
En términos generales, los quiroprácticos nos encargamos del diagnóstico, tratamiento y prevención de las alteraciones del sistema neuro-músculo-esquelético y de los efectos que producen estos desórdenes en la función del sistema nervioso y en la salud en general.
Ponemos especial énfasis en la relación del sistema nervioso con los demás sistemas del cuerpo para lograr un equilibrio en todos los sentidos.
¿Qué nos hace diferentes? Que trabajamos sin fármacos y sin cirugías, de manera totalmente natural.
Nuestro trabajo diario consiste en localizar y corregir lo que conocemos como subluxaciones vertebrales. Una subluxación se produce cuando cuando una o más vértebras pierden su alineación, se desplazan de su posición original y provocan una interferencia en la médula espinal o en los nervios espinales adyacentes, alterando el flujo continuo de energía y comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo, impidiéndonos funcionar al 100%.
Para corregir la subluxación y restablecer la comunicación entre el sistema nervioso y los otros sistemas de nuestro cuerpo, los quiroprácticos trabajamos mediante ajustes, que son movimientos suaves y específicos en la columna vertebral.
Estos ajustes los hacemos con las manos, utilizando una camilla específica y, en ocasiones, con la ayuda de algún sencillo instrumento totalmente indoloro e inofensivo.
El cuerpo humano es inteligente y busca siempre el equilibrio para la conservación de la homeostasis, a través del trabajo conjunto de los diferentes sistemas. El sistema nervioso, con el cerebro y la médula espinal como sus piezas principales, envía señales a los otros sistemas del cuerpo para controlar su funcionamiento. Esta inteligencia automática es la que hace latir nuestro corazón, nos mantiene respirando, digiere nuestros alimentos, crea nuevas células, etc., sin que tengamos que pensar en ello.

¿Quién debería ver a un quiropráctico?
Cualquier persona, tenga o no un malestar evidente, debería visitar a un quiropráctico con una cierta regularidad.
La quiropráctica no está diseñada solamente para personas con dolor de cabeza, dolores de espalda, lumbalgia o ciática, las dolencias más habituales por las que la gente se decide a buscar ayuda. Aunque es cierto que es muy efectiva para aliviar estos males y prevenirlos en el futuro, hay otras muchas razones que podrían acabarnos de decidir y que no son tan evidentes, como serían los problemas derivados de nuestra vida sedentaria, tanto físicos como emocionales, y que no se detectan a simple vista pero pueden ser más evidentes a los ojos de un buen quiropráctico.